sábado, 27 de enero de 2018

Arde pequeña.

Y explotar, de tal manera que manches todo de ese color tan asqueroso que es el sufrimiento que llevas por dentro, explotar dando ese grito que llevabas ahogando durante tantísimo tiempo en tu interior, dejando a todos con la boca abierta y pensando que a podido pasar para que todo acabase así.
E incendiar todo a tú paso, hacer que la magnitud de la onda expansiva sea tal que hasta en la otra punta del universo tiemblen.
Arder, fuerte, desde el mismo centro de tu alma, quemar todo a tu paso, no dejar ni las cenizas, nada, arder como si fuera lo único que pudieras hacer en esta vida, por que llevabas mucho tiempo evitando hacerlo y cuando has empezado, no puedes parar, no quieres parar.
Y abrirte paso, dejando que todo ese dolor, esa rabia, esos sentimientos que tienes en tu interior sean vistos y escuchados por todos, sin esconderte más, sin pensar en el que dirán o en el que pensaran, solo pensando y mirando por ti misma como deberías haber hecho hace tantísimo tiempo.
Y terminar cogiendo tal bocanada de aire que tus pulmones duelan por esa repentina expansión, dejarte llevar y no que te lleven, que te vean irte, aun con sus bocazas abiertas de par en par, preguntándose todavía el como ha sido posible todo eso, como ha sido posible que les hayas hecho temblar con tantísima facilidad.
El día que consigas hacer eso, ese día seras libre, seras tu, no necesitaras que nadie te vea, por que contigo misma será suficiente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario